2007-09-15

EVALUACIÓN Y AUTONOMÍA

Evaluación y autonomía

El ser humano se distingue por su capacidad para pensar. Dicha capacidad lo diferencia del los mamíferos superiores. Para evaluar y ser evaluado es necesario que ambos participantes tengan desarrollada su capacidad para razonar.

El aprendizaje, de acuerdo a la perspectiva pedagógica cognitiva, debe llevar implícito la formación de cada individuo y ayudarlo a que se convierta en un ser autónomo. La autonomía, según Hegel, se adquiere cuando se forma la autoconciencia libre del hombre.

La evaluación debe servir para determinar el avance conceptual de cada persona y su grado de autodeterminación.

A menudo durante una evaluación los estudiantes sufren de tensiones y de angustia. Es el momento de confrontar lo que han aprendido con los retos que le plantea la evaluación por competencias. Es diferente el estado de ánimo cuando dos estudiantes conversan animadamente sobre el tema de la evaluación al estado en que se encuentran durante la realización de un examen o de un evento de evaluación.

Lo anterior apunta a tener en cuenta que la evaluación, en sí misma, conlleva una alteración del estado de pensamiento normal de una persona. Se deben buscar las condiciones para que la tranquilidad reine en la mente del evaluado en el momento que se realiza un proceso de evaluación. Ha sido difícil medir la influencia del estado de ánimo de un estudiante en los resultados de la evaluación.

Durante el desarrollo de la evaluación, el estudiante debe mostrar seguridad en lo que hace, organización en la solución e independencia para tomar decisiones con miras a terminar con éxito la prueba. Cuando un aprendiente pregunta frecuentemente en una evaluación, sobre todo cuando dichas preguntas pueden ser resueltas de manera obvia y sencilla, está mostrando poco dominio del tema. Así numéricamente la nota sea aprobatoria queda mucha duda sobre la capacidad de un estudiante para aplicar el conocimiento que parece haber adquirido.

Independiente de la calificación final, la actuación del estudiante debe servir para medir su grado de autodeterminación. El evaluado debe ser capaz de tomar decisiones por si mismo, de evaluar esas decisiones y responder por las consecuencias que se deriven de ellas.

No basta que una persona supere una evaluación sino que demuestre suficiencia en el conocimiento y en la forma como decide para realizar dicha evaluación. La autodeterminación unida al dominio de un saber da indicios de competencia por parte del evaluado. La evaluación permite asomarse a los saberes y autonomía de un aprendiente.

2007-09-12

EL APRENDIENTE SENA

Atravez de la vida todos los dias estamos apropiadonos de nuevos conocimientos, adquirindo habilidades y destrezas para desempeñarnos mejor como personas y como profesionales